Sexto día
Domingo 6 de Septiembre de 2009. La charla entre Claudio Díaz (autor) y Victor Pintos (periodista) es la excusa para la presentación del libro “Variaciones sobre el ser nacional”, de Ediciones Recovecos, en el Patio Mayor del Cabildo.

Pasadas las 21 horas, los asistentes disfrutamos de la conversación distendida y con un poco de historia entre ambos. Se habla del ser nacional, la argentinidad, los recuerdos de patios, el festival de Cosquín. Eso es lo que intentan transmitirnos, la idea del folklore como una cantidad de temas que sabemos todos y, de paso, tratar de entender cómo se vinculan esas canciones con el “ser nacional”. Reconstruir el proceso de la producción del folklore y el desarrollo de la industria cultural argentina entre los años '30 y '90 es el concepto que Claudio Díaz buscó para su trabajo.


Marcando las diferencias entre el folklore apropiado por el discurso oficial nacionalista (legitimado y prestigioso) frente a ese otro, con valores distintos. Como una forma, además, de intentar comprender la infancia y lo que nos pasó. “Estamos hechos de esas contradicciones” dice el autor, y a todos nos parece la hora de arreglar cuentas con nuestra infancia y adolescencia.


Ediciones Recovecos

Sexto día
Caballo Negro Editora lanzó sus primeros títulos con una mesa de lectura en la Feria del Libro Córdoba 2009. En ella, los poetas Lucas Tejerina, María Teresa Andruetto, María Elena Anníbali y Silvina Mercadal, presentados por el editor Alejo Carbonell, realizaron lecturas de algunas de sus obras que integran los libros en la naciente editorial, y también de algunos de sus textos previos e inéditos. El evento convocó a un numeroso grupo de aficionados a la poesía.




Un nombre, una concepción estética

Caballo Negro es una editorial cordobesa e independiente que fomenta la publicación de creaciones de escritores locales. El nombre de la editorial responde, según Carbonell, a una concepción de literatura: "Pensamos en la literatura como un animal oscuro corriendo por el campo". Al inicio del encuentro, el editor expuso los criterios que lo llevaron a elegir a los mencionados autores como los primeros editados por Caballo Negro, y destacó la elevada calidad estética como el requisito excluyente. Luego introdujo a los poetas mediante una breve reseña de sus obras. Antes de recitar, cada poeta comentó algún aspecto de la elaboración de su libro.


El recitado

El momento de la lectura fue acompañado de un respetuoso silencio por parte de los asistentes al encuentro. La poesía visceral de Tejerina, la marcada impronta femenina de Anníbali, la dulzura del recitado de Andruetto y la enigmática escritura de Mercadal mantuvieron cautiva la atención del nutrido grupo de concurrentes. Varios de ellos se acercaron a los autores una vez concluida la lectura para hacerles llegar sus comentarios y felicitaciones.


Los autores y las obras

Los primeros títulos de Caballo Negro son Sueño americano, de María Teresa Andruetto; Tabaco Mariposa, de María Elena Anníbali; Acuario de la morsa, de Silvina Mercadal; y Vuelve, de Lucas Tejerina.


Puntos de venta

Los libros de la editorial pueden adquirirse en Aquende Libros y en El Baúl Literario. También está habilitado el pedido a través de internet, que posteriormente se envía por correo con pago contrarreembolso.


Caballo Negro Editora

Sexto día
6 de septiembre de 2009. La conferencia "La literatura policial en tiempos de crisis: década infame y posmenemismo" fue presentada por el escritor Fernando Stefanich en el contexto de la Feria del Libro Córdoba 2009. En ella, el autor comparó el policial argentino de los años '30 y el que empezó a escribirse en los '90, y se centró en obras de Borges, Claudia Piñeiro y Juan Martini para describir cada etapa.

La charla tuvo lugar a las 18 horas en la sala Susana Degoy del Cabildo, y contó con la presencia de numerosos concurrentes. Esteban Llamosas introdujo el evento.

Sexto día
Conferencia de Fernando Stefanich "La literatura policial en tiempos de crisis: década infame y posmenemismo" presentada por Esteban Llamosas.

En el marco de la feria del libro, Stefanich, escritor y especialista en el género, analizó los vínculos entre literatura policial y fenómenos sociales. Se refirió en particular a dos novelas recientes: "Puerto Apache" (2002) de Juan Martini y "La viuda de los jueves" (2007) de Claudia Piñeiro.
El autor definió al policial como el género literario apropiado para reseñar y reflejar los conflictos políticos y sociales de una época y un lugar. En él se manifiestan los vínculos entre secreto y poder, dinero e inmoralidad, poder político y poder criminal.

El desvanecimiento de las utopías

Stefanich consideró que el policial negro refleja una sociedad corrupta portadora de una compleja trama de intereses, poder y dinero, que opera detrás del delito. Agregó que este género nació con la gran crisis causada por la caída de la Bolsa de Wall Street en 1929, cuando la sociedad estadounidense perdió sus valores fundamentales y los negocios turbios desestabilizaron el orden legal.

El género policial en Argentina emergió en los años '30, hecho que coincidió con una profunda crisis institucional que atravesó la vida social y política del país. La llamada "década infame" y sus consecuencias desestabilizadoras favorecieron el desarrollo de una literatura sobre el crimen. El escritor se refirió a la literatura policial de Jorge Luis Borges y Roberto Arlt como paradigma de esa década.

Para Stefanich, la década del '30 y los '90 en la Argentina son épocas que vivieron "el triste despertar de una utopía”. Esta utopía, sostuvo el autor, fue utilizada como “manipulación política”, y se vinculó con la ilusión de pertenecer al “Primer Mundo” y con la dolorosa toma de conciencia de no haberlo logrado.

El policial hoy

Stefanich caracterizó a la sociedad posmenemista como profundamente segmentada, con una enorme brecha entre ricos y pobres. Vinculó, por otro lado, el aumento de la exclusión con el delito, análisis que generó un intenso debate en el público asistente.

El autor examinó en las novelas más recientes los dos tipos de exclusión analizados por el politólogo Anthony Giddens: la involuntaria de los menos favorecidos, que viven en la inseguridad de las villas; y la voluntaria de los que más tienen, que se aíslan en guetos de prosperidad. Esta reclusión de los sectores sociales sobre sí mismos y la profundización de las desigualdades, concluyó Stefanich, generan entre los grupos un temor y antagonismo sin precedentes que muchas veces derivan en violencia. Violencia que nutre el policial.

Sobre Fernando Stefanich

Novelista y crítico cordobés nacido en 1968. Autor de las novelas "Cuesta abajo" (1999) y "Una muerte para Roberto Durán", por la que recibió en el 2003 el segundo premio municipal de literatura “Luis José de Tejeda”. Con un máster en Literatura por la Sorbona, ha realizado numerosas publicaciones académicas.


Sexto día
Nació en Oncativo en 1978. Vivió en Córdoba entre 1996 y 1999. Durante 2009 cursa las últimas materias de la Licenciatura en Letras Modernas en la Universidad Nacional de Córdoba. Ejerció la docencia en la ciudad de Oncativo. Obtuvo importantes reconocimientos por su labor poética y narrativa. Integró el grupo lietarario "El ojo del martes" y participó de la revista literaria "Literaturra".
En la actualidad, publica sus escritos en el blog "Che, Madame...", y su segundo libro, "Tabaco Mariposa" se encuentra en imprenta.


¿Cómo surgió tu participación en la editorial Caballo Negro?

Conocí a Alejo Carbonell el año pasado, en la feria del libro de Río Cuarto. En esa ocasión, él me invitó a participar de una clínica de poesía que había organizado en el Centro de Arte Contemporáneo. La modalidad era de cinco jornadas intensivas, una cada quince días, coordinadas por un escritor cada vez. Estuvieron invitados Damián Ríos, Irene Gruss, Diana Bellessi, Osvaldo Bossi y Daniel García Helder. La participación exigía enviar un corpus de textos para trabajar durante las jornadas, y yo envié parte de un poemario que tenía en proceso de corrección. Esto coincidió con que Alejo estuviese trabajando en su proyecto de creación de la editorial Caballo Negro, y en la búsqueda de obras que configuraran un abanico de estéticas que significaran un muestrario de lo que estaba aconteciendo a nivel literario no sólo en Córdoba capital sino también en el interior. Es así como llega a los cuatro primeros libros, entre los cuales están Sueño Americano, de María Teresa Andruetto; Vuelve, de Lucas Tejerina; Acuario de la morsa, de Silvina Mercadal, y Tabaco Mariposa, que es mi libro.



¿De qué manera se organizan los textos/poemas en la edición de este libro?

Creo que el libro podría ser dividido en tres partes. La primera contiene un conjunto de poemas con un profundo (así lo entiendo yo) contenido referencial. Un espacio íntimo en un doble sentido, exterior e interior; una descripción de lo familiar, de lo autóctono, pero desde una mirada de extrañamiento, también, donde procuré que confluyera la lírica, pero no exento de un (en ocasiones) crudo y áspero realismo.


La segunda parte juega más con un ámbito surrealista, donde ese espacio referencial de la primera parte aparece un tanto diluido, desvirtuado por una óptica en la que interviene lo onírico, el sueño, la visión. Y una tercera parte, que se desvía hacia otros temas, más universales si se quiere, pero en lo que yo estimo se puede advertir la misma impronta estética. De hecho, cuando lo pensamos con el editor, estuvimos de acuerdo en que ese clic en el libro iba a representar un espacio, un momento inesperado y, en tanto inesperado, creativo del lector en el encuentro con la obra. Ese quiebre es importante, porque genera una coyuntura que suaviza el "dramatismo" de la primera parte, y genera un contraste interesante con el surrealismo de la segunda. Es un juego que el libro propone y que cada lector verá luego si decide jugarlo o no.



¿Qué diferencias encontrás entre los criterios de esta edición y los de la edición de tu anterior libro?

La experiencia con cada uno de los libros fue radicalmente diferente. Las madres remotas fue publicado en ocasión de ganar un concurso organizado por editorial Cartografías en el 2007, para escritores menores de 35 años. Eso significó exponer la obra a un jurado y a sus valoraciones, y esa instancia, para alguien que escribió en soledad, es muy importante. En referencia al libro, yo tenía dudas respecto a su calidad y esperaba de los editores sugerencias respecto a cómo enfrentarme a la corrección de la obra antes de entrar a impresión, pero los editores consideraron que mi criterio bastaba para corregir, en caso de que yo lo considerara necesario, de manera que la obra se imprimió tal como fue enviada a concurso. En ocasiones, la comunicación con los miembros de la editorial se hizo dificultosa, porque, por obvias razones de distancia, nos comunicábamos por e-mail y teléfono, y eso, aunque aportaba velocidad al cruce de información, quitaba calidad al diálogo. Sin embargo, puedo decir que actualmente mi relación con ellos es excelente, y que, una vez que rompimos la barrera de lo “virtual”, el diálogo se volvió más fluido, y lo que era una relación literaria se enriqueció con lo afectivo.


En referencia a mi segundo libro, el proceso llevó un año entero, y significó mucho aprendizaje que espero seguir capitalizando en el futuro. Alejo es un excelente compañero de diálogo, un gran amigo, y un animal literario con mucho conocimiento de la poesía moderna, contemporánea. Cada decisión fue hablada, pensada, se barajaron alternativas, se pensó mucho en la calidad de la obra, en ofrecerle al lector, pero también a nosotros mismos el mejor libro posible. Sabíamos, al empezar, que la consigna era esa, sacarle el máximo potencial a ese conjunto de poemas. Tuve la suerte, también, de contar con otros dos poetas maravillosos para ir desglosando el material hasta niveles microscópicos del significado: María Teresa Andruetto y Alejandro Schmidt, quien escribió la contratapa. Pero también no puedo dejar de mencionar a un grupo de poetas amigos que me aportaron su óptica, su constante apoyo y amor, sus ideas. Hablo de Jorge Naparstek, Alejandra Baldovín, Carla Slek, Victoria D’Antonio, Martín Araujo, Liliana Aguilar Orantes. Y también hablo de diseñadores, y de todos los que estuvieron apoyando este libro, por el cual me siento tan feliz porque ha sido fruto de un hecho colectivo.



¿Qué significó tu participación en un grupo literario ("El ojo del martes") en lo que respecta a la tarea creativa?

“El ojo del martes” fue un punto de anclaje y apoyo en un momento en que yo lo necesitaba. Yo no buscaba un taller literario, sino un grupo de lectura, y el eclecticismo de ese grupo, su radical heterogeneidad y un aspecto, si se quiere, picante y transgresor, fueron, para esa época, un espacio adecuado para mi adolescencia. Hoy ya no podría pertenecer a ese grupo en un sentido literario, pero seguimos siendo amigos con los integrantes, y participo con felicidad de los logros artísticos de sus integrantes.



¿Cómo interactúa esa modalidad grupal con la parte "solitaria" de la escritura?


La escritura no tiene partes solitarias. Toda ella lo es. Antes o después está la “socialización” de la escritura, y allí tienen lugar otros actos de creación. Tal la lectura, la apropiación, la parodia, el comentario, el ensayo, etc. Pero el acto de creación, el instante en que el escritor se enfrenta con el arco de sombra del que la palabra surge, es, siempre, un acto solitario.



¿Cuál fue tu experiencia con la escritura en otros géneros, como la narrativa o el teatro?


No he incursionado ni he intentado incursionar en el teatro, de manera que lo único que me vincula con ese género es la experiencia de la lectura. En referencia a la narrativa, estoy intentando escribir cuentos. Intentar es bastante para alguien que escribió siempre poesía. Yo pertenezco a la poesía, no al revés. Si me dedicara exclusivamente a la narrativa, creo que la impronta lírica sería muy evidente, como creo que lo es, en los dos o tres borradores que tengo dando vueltas por ahí.



¿Cuáles son tus proyectos para el 2010 en plano literario?


Bueno, recién estoy por presentar mi segundo libro en noviembre, por lo que no tuve tiempo, aún, de pensar cuáles van a ser mis proyectos. Sin embargo, te puedo decir al respecto que escribo con frecuencia, y que cada vez que termino una obra trato de desplazarme hacia un lugar nuevo, de incertidumbre e incomodidad escrituraria. Eso me sirve mucho en el sentido de no anquilosarme, de no volverme una copia de mí misma, un lugar repetitivo, común. Hablo de incomodidad porque es, en algún punto, intelectualmente doloroso y molesto correrse de un lugar de creación que se sabe que funciona. A veces, un poema te ofrece una clave para desarrollar una serie. Encontrás una veta, la explorás, la conocés, terminás identificándote con esa manera de escribir. Cuando comienzo a sentirme muy cómoda con esa forma, sé que debo girar, que debo hacer un pívot porque hay en eso un poder de la estructura a la que no quiero servir.


Che, Madame...



Sexto día
El dúo folclórico formado por Tilín Orozco y Fernando Barrientos fue la excusa para disfrutar un poco de música dentro de la Feria del Libro Córdoba 2009. Invitados a la presentación del libro “Variaciones sobre el ser nacional - Una aproximación sociocrítica al folklore argentino” de Claudio Díaz, los dos mendocinos transformaron la carpa ubicada en el patio del Cabildo en un momento de disfrute entre la literatura y la música.

Mucha música

Arrancaron afilados con la tonadita "Bagualín”, tema editado en su último disco “Pulpa” que, al igual que el anterior -“Celador de sueños”-, fue producido por el exitoso compositor argentino Gustavo Santaolalla. Siguieron los dos en la guitarra con "Celador de sueños", también incluido en el actual CD, “Pensando en ella”, “El marucho” y “Zamba del sueño”. Para esta parte del evento, la gente ya había olvidado un poco la presentación del libro y seguía los ritmos con los pies o directamente acompañaba con palmas.

Casi una peña

Con “Vidita agua”, una canción rítmicamente menos relajada, la carpa es ya una especie de recital para amigos, una pequeña peña en un patio. Hay chicos gateando entre las sillas y, afuera, gente con pañuelos que baila despreocupada de la feria y la literatura. Parece otro tipo de disfrute.

En ese momento se blanquea la situación, y los músicos invitan y presentan a la pareja de baile formada por El Negro Valdivia y La Gringa, quienes se apropian del frente de la escena para bailar, ahora oficializados, “Los ojos del amor” y “Pulpa”. La resentación del libro quedó lejos, y la gente pide bises. Los bailarines vuelven, y el dúo termina con el tema “Maturana”.



Los compadres cuyanos se despiden una vez más de Córdoba para dejar su potencia expresiva en los espectadores que disfrutan junto al dúo y comparten la humildad y la calidez de su música.

Apuntes finales

Tilín Orozco y Fernando Barrientos son dos mendocinos con un largo trabajo musical. En su música hay aires folklóricos con mucho aroma de rock nacional, pero sin deformaciones ni fusiones extrañas. Las cuecas suenan cuecas, las vidalas, vidalas, las tonadas, tonadas y mendocinas. Y, sin embargo, pareciera que están sonando por primera vez. El encanto se completa con la bella poesía presente en las letras, la delicadeza de todos los arreglos y la afinadísima voz de Barrientos.

Para conocer un poco más www.orozcobarrientos.com




Sexto día


Samanta Schweblin presentó Pájaros en la boca, editorial Emecé. El libro de cuentos, de características fantásticas, fue ganador de la edición 2008 del premio Casa de las Américas.

Coordinó el encuentro el periodista Gustavo Pablos, quien conversó con la autora durante una hora y media en la sala de la planta baja del Cabildo.

De boca de Samanta

Schweblin expresó cómo eran sus modos de trabajo, aseguró que “el cuento es una flecha que va de una punta a la otra” y q
ue esa flecha debe estar “limpia”, la magia de lo ambiguo se encuentra en “la cabeza del lector”. La metáfora de la flecha deja ver la energía con que encara la idea una vez “pensada y repensada”. Ante la pregunta acerca de las técnicas de escritura, la autora nos confiesa que a partir de su asistencia al taller de Liliana Hecker pudo “afilar su flecha, y así aparece el estilo: de adentro hacia fuera”.

En cuanto al panorama de los nuevos escritores, mostró satisfacción frente al espacio que los medios culturales les otorgan, mencionó también que hay nuevas generaciones de periodistas especializados dentro de los medios. Con respecto al género fantástico, comentó su agrado por la lectura del género, habló de la “sutileza como una incorporación, una evolución”. En relación con los autores jóvenes, la escritora encuentra expresiones de carácter introspectivo más autobiográfico que fantástico en la mayoría de las obras.
Expresó además que “las ideas llegan con un género, con un tono” y en su ca
so “llegan como cuentos”.

Los pájaros de su boca

El encuentro finalizó con la lectura de dos cuentos del libro presentado. A través de esas lecturas, quienes aún no conocíamos su literatura encontramos el atractivo y la calidad literaria a la que hacen mención las distinciones y elogios recibidos.

Breve reseña biográfica

Samanta Schweblin nació en Buenos Aires en 1978, ciudad en la que reside. Su primer libro de cuentos, El núcleo del disturbio, obtuvo el premio del Fondo Nacional de las Artes 2001 y el premio nacional Haroldo Conti. Los cuentos de Samanta Schweblin vienen cosechando elogios desde hace nueve años y editoriales como Siruela los han incluido en diferentes antologías de género.
Es importante destacar que el Premio Casa de las Américas es una distinción que la homónima institución otorga de manera ininterrumpida desde su creación en 1959.

Sobre el premio

Se trata de un prestigioso premio literario que abarca todos los géneros, en América y el Caribe. La Casa de las Américas tiene su sede principal en La Habana, Cuba, y es una institución que fomenta las relaciones culturales entre los pueblos de América y el Caribe.